PROTECTORES DE CABALLOS: ¿VENDAS O PROTECTORES RÍGIDOS?

Como bien sabemos, las patas de los caballos son una de las partes más importantes de su cuerpo porque sostienen el peso y concentran la fuerza. Por ello, debemos cuidarlas para evitar y prevenir lesiones. Los protectores son unas piezas que se colocan en las patas de los caballos para reforzar sus tendones y proteger de golpes, previniendo lesiones. Hay varios tipos, tanto para las patas delanteras o traseras, rígidos o vendas. Desde la Hípica Bolívar, vamos a comentar los dos tipos para ayudaros a elegir el más adecuado. ¡Sigue leyendo para saber más!

Protectores rígidos

Los protectores rígidos son unas piezas que se colocan sobre los tendones y se cierran con velcro, por lo que son fáciles de colocar y de limpiar. Hay varios tipos: de descanso y de trabajo. Ambos se caracterizan por unas piezas duras que mantienen calientes las extremidades, mientras se trabaja o no, por lo que son muy comunes en la modalidad de salto. Sin embargo, uno de los principales inconvenientes, es que se puede colar barro entre el protector y la caña, dañándose la piel del caballo. 

Como otro tipo de protectores, podemos destacar los de transporte. Como a los caballos no les gusta viajar, muchos no paran de moverse, pudiendo golpearse las extremidades contra las paredes del vehículo y ocasionando heridas o lesiones. Por este motivo, los protectores de transporte cubren hasta la rodilla de los caballos, manteniendo toda la pata protegida. 

Vendajes

Las vendas son telas que rodean la zona de los tendones, protegiéndola a la hora de realizar los ejercicios. Una de las principales ventajas que tienen las vendas es que se acoplan perfectamente, pero hay que dominar bien la técnica porque sino podemos ocasionarle lesiones en los tendones al no permitir la suficiente movilidad. Vendar es un trabajo más laborioso que colocar los protectores, por lo que también se puede contar como inconveniente, pero al llevar una capa acolchada debajo de la venda en sí absorbe muy bien los golpes. 

Ventajas e inconvenientes

Como hemos visto, los protectores rígidos y los vendajes tienen varias ventajas e inconvenientes. Por ejemplo, los protectores rígidos son más fáciles de colocar pero hay que limpiarlos bien para que no se acumule barro; mientras que las vendas son más difíciles de colocar si no se domina la técnica pero se acoplan mejor a la pata. También encontramos otros protectores como los de transporte, que son muy recomendados para que los caballos no dañen sus patas durante los viajes. 

En definitiva, podemos afirmar que tanto los protectores como los vendajes son muy necesarios e imprescindibles en la equitación, pero hay que saber utilizar bien cada y usarlo en el momento idóneo, evitando lesiones en las patas y tendones de nuestros caballos. 

Estas son las recomendaciones generales de la Hípica Bolívar a la hora de proteger las patas y tendones de los caballos, aunque hay que tener en cuenta cómo se siente cada caballo en particular con los distintos tipos. ¡Os esperamos para formar parte de esta gran familia!